El perfume del juego dulce. El alma de lo gourmand embotellada.
El instante antes de reír. El aire se vuelve dulce, ligero, brillante. Una travesura hecha perfume.
Inspirado en Zamora, Michoacán —tierra de fresas, cielos claros y dulces que cuentan historias—, Frezamour captura la alegría de lo simple: el juego entre lo que se saborea y lo que se siente. Una fragancia que no promete amor… pero lo sugiere.
La salida es fresca y frutal: fresas recién cortadas y lichi abren la escena con un guiño luminoso.
En el corazón, la tentación se vuelve textura: fresas con crema, chongos zamoranos, frambuesa, cereza, rosa turca y coco evocan tardes largas y sonrisas compartidas.
El fondo es suave y adictivo: azúcar y vainilla como una sonrisa que se queda en el aire.
Zamora, Michoacán, es cuna de los Chongos Zamoranos, un postre artesanal hecho con leche cuajada, azúcar, canela y vainilla. A ellos se suman los gaznates, cocadas y dulces de leche, símbolos del arte michoacano de convertir lo cotidiano en deleite. Frezamour es un homenaje a esa tradición dulce que no solo se saborea: se recuerda.
