Un tributo olfativo a la tradición sahuayense que marca el alma de un pueblo: el momento en que el perfume se lanza a la imagen de Santiago Apóstol, envolviendo el aire en un halo sagrado. Inspirado en recuerdos de infancia, donde el ambiente se saturaba de fragancias, este perfume reinterpreta la devoción y la memoria, fusionando fe y aroma en honor al Santo Patrón.
La salida fresca y salina, con notas de calone, bergamota, alga y sal, evoca el aire puro y vibrante de las festividades. En su corazón, la rosa, la frambuesa y el geranio se entrelazan con el azafrán y el abedul, creando una sensación de ceremonia y encuentro. El fondo, profundo y envolvente, combina maderas nobles, incienso, resinas y almizcle, mientras el cedro y el ambroxan dejan una estela cálida y persistente.
Tahuayo. El Patrón:
El instante sagrado hecho fragancia. Un homenaje a la fe, la memoria y la herencia viva de Sahuayo.