Tahuayo
Un perfume que nace del recuerdo, de los sabores que acompañan la infancia, de los aromas que atraviesan océanos sin perderse, y del calor de una tradición que no se olvida… aunque estés lejos.
Notas jugosas de granada, coco y ocote despiertan la memoria sensorial, como el primer sorbo de una bebida compartida en una celebración íntima.
Dentro de su frasco, láminas de oro flotan como si guardaran una promesa no dicha: la de volver, o al menos, nunca olvidar.
Su pirámide olfativa abre con una salida vibrante: granada, frutos rojos, coco, nuez y manzana, como un postre de herencia viva.
El corazón es tierno, goloso y profundo: bon bon, chocolate, frambuesa, cacahuate y almendra.
Y en el fondo, una base espiritual y terrosa: ocote, copal blanco, cuero, especias y maderas.
En la tapa, una tortuga: símbolo de sabiduría, paciencia y arraigo.
Tahuayo – Tahuayo
Un perfume que no dice de dónde viene, pero que todos sienten como si ya hubieran estado con ellos.
"El perfume recrea una inspiración olfativa del tradicional ponche de granada, característico de Sahuayo."
El ponche de granada es una bebida tradicional de Sahuayo, Michoacán, especialmente consumida durante las fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol. Se elabora principalmente con jugo de granada, cacahuates, nueces, chocolate, coco, manzana, granos de granada, agua, canela y alcohol de caña. Es una bebida que se disfruta en familia y con amigos, y cada familia tiene su propia receta y toque especial, según publicaciones en redes sociales.
Ingredientes principales:
Jugo de granada: La base de la bebida, extraído tradicionalmente moliendo la granada en metate para evitar la oxidación, según publicaciones en redes sociales.
Cacahuates y nueces: Aportan textura y sabor.
Chocolate: Se utiliza chocolate molido para darle un sabor característico.
Coco: Coco rallado para complementar los sabores.
Mazapán y azúcar: Endulzan la bebida.
Alcohol de caña: Ingrediente opcional que le da un toque festivo.
Tradición:
El ponche de granada es una tradición arraigada en Sahuayo, donde se comparte con familiares, amigos y peregrinos durante las fiestas patronales. Se dice que el origen de esta tradición se remonta a la época en que los peregrinos visitaban la catedral de Santiago en Compostela y los habitantes de Sahuayo les ofrecían jugo de granada para hidratarlos.